La fuerte demanda de energía solar, diversificó el mercado y el modo de fabricación de las celdas solares, haciendo más accesibles las celdas policristalinas.
Cuando hablamos de paneles policristalinos, nos estamos refiriendo al acomodo del silicio en cada una de las celdas que componen un panel solar. Se parte del silicio natural que es depurado de metales y minerales hasta obtener pureza grado solar, el cual se funde para su manipulación.
El silicio fundido se vacía en moldes cuadrados o rectangulares; esta forma permitirá su acomodo dentro del panel solar, evitando desperdicio de silicio por recorte. Este proceso de solidificación es gradual, pero mucho más rápido que otros procesos que garantizan una cristalización homogénea.
Dentro del molde se empezará a solidificar el silicio creando muchos cristales en su interior unidos entre sí; es por esto que adquiere el nombre de policristalino. El resultado del molde se denomina lingote y se rebana transversalmente en láminas muy delgadas que se conocen como obleas.
La oblea en este caso, cuenta con varios cristales dentro y la distinguimos por su color azul. Un dato particular es que en ocasiones se pueden observar “quiebres” en el interior debido a que los cristales apuntan a direcciones distintas. Los paneles con celdas policristalinas son ideales para espacios abiertos, donde se permite colocar varias series sin restricción, además de poder contar con equipos que puedan optimizar su rendimiento.
La compañía alemana TÜV Rheinland y Solarpraxis mediante su TV+Test especializada en la certificación de productos y servicios califica como excelente a la marca Solar World, misma que ofrece variedad de paneles monocristalinos y policristalinos.